28.8.15

A propósito de los de los despidos de las compañeras Macarena y Lola del servicio 061 de Málaga, con permiso de Pedro.

Buenas a todas y todos (es más un deseo que constatación alguna de cualquier alegre realidad)

Lamento que mi reencuentro se deba producir en estas circunstancias. Pensé en no escribir, en tal vez, a lo sumo, un correo con destinatarias concretas, o una llamada personal (de apoyo vano y más tranquilizador de conciencias propias que ajenas.)

He pasado en la sala de coordinación de Málaga grandes y buenos momentos, y casi siempre, a ello, contribuyó de la mayor manera posible, la profesionalidad, la actitud, el cariño, el saber hacer, el compromiso de las compañeras y compañeros que gestionan eso que a la empresa se le llena la boca en llamar "primera fase de la demanda asistencial" o cualquier entelequia absurda parecida; en definitiva las personas que tienen la enorme responsabilidad de escuchar, dirimir, apoyar, guiar, tranquilizar y contribuir esencialmente a que la calidad de la asistencia sea pertinente en tiempo y forma (algo que a EPES le importa poco o nada actualmente.)

Como en la "calle", como en la "sala, cuando de sanitarias y sanitarios se trata, la profesionalidad y las ganas, hacen que las cosas salgan mejor o peor, o, cuando menos, se intente más o menos. En la gestión de la llamada, igual de importantes son esas ganas y ese saber. Es más, que hable aquí una médica o un médico que no haya sentido no haber cargado a alguna compañera o compañero con trabajo que es nuestro: "dile que tal o cual", "dile que vaya a no sé donde..."; que no se haya escudado cobardemente en esas compañeras y compañeros del teléfono (porque ellas y ellos sí tienen que aguantar el chaparrón caiga lo que caiga, y no pueden colgar, y no pueden decir "coge un puto taxi"..., y no pueden..., y no pueden...)

¿Y que hacemos ahora despues de meses y meses de encierro? ¿qué hacemos después de los despidos de Macarena, de Lola, y de los que vendrán?...pues poco o nada, mandar correos como este, indignarnos de palabra y corazón...pero las malas y los malos ganan, llevan ganando mucho tiempo, y así, seguirán ganando...

Algunas y algunos recordarán tiempos de mareas, de plataformas, de ¿huelgas? y pegatinas, pero...nunca, jamás, traspasar la linea de la legalidad, incluso de la corrección política...porque ¿y si me echan? ¿y si ya no me vuelven a llamar? ¿y si me dan un turno malo? ¿y si me ponen más coordinaciones?...y me pregunto ¿no nos están echando ya? ¿no han dejado ya de llamarnos a muchas y muchos? ¿hay peores turnos que los de ese califato despiadado de Málaga?...

Dicen que las malas y malos de verdad, las y los inteligentes, las retorcidas y retorcidos, siempre te dejarán un poquito, nunca te lo quitarán todo; así siempre existirá el miedo a perder algo, por humillante e indigno que sea (ya no es miedo a perder mil, es ochocientos, aunque sea en regimen de explotación...y si tú o yo no lo cogemos, hay cien detrás que se pelearán, incluso traicionarán, para cogerlo...y por 600...) y así nos va.

Creo que mi generación, la que nos movemos ya más cerca de los 50 que de los 40, está perdida (lo siento, pero soy muy escéptico y pesimista en esto): estamos condenadas y condenados a trabajos y sueldos precarios en un país descompuesto y, por supuesto, a una ancianidad pobre economicamente (si después cada cual vive más o menos feliz entre personas buenas y queridas o se termina pegando un tiro, dependerá de lo sembrado en estos años o de la mayor o menor lucidez a la que cada cual esté condenada o condenado.) Y yo me pregunto (también desde la misma cobardía, complicidad y comprensión...y a mí al menos siempre me quedará un barrio de Africa donde encontrar el corazón de las tinieblas) ¿qué más hace falta? ¿seguiremos pretendiendo cambiar las cosas sin riesgos ni consecuencias?...me acuerdo cuando ya se planteó: ¿y si un día no vamos a trabajar? nadie...una simple indisposición colectiva tras cualquier ingesta sospechosa en una terraza de verano...o, echándole valor, simple hastío y cansancio porque sí, porque ya no se puede más...¿unas horas sin sala de coordinación operativa? ¿una ciudad sin ambulancias?¿unas urgencias sin personal?... ¿se abririán así telediarios? ¿habría fuerza de negociación? (el poder lo tiene quien se cree y hace creer que lo tiene.)

Pero claro, toda revolución exige "mártires" y líderes; tal vez seamos una generación llamada al "sacrificio", a ir a la carcel (la revolución siempre es un delito para quienes hacen las leyes), por nuestra dignidad y por el futuro de muchas y muchos de las generaciones que vienen detrás...no veo actitud (pese a la injusticia que esta generalización suponga para las que ya han perdido mucho por luchar)...pasará el verano, tendremos vacaciones donde indolentemente escucharemos noticias espantosas, seguiremos grupos de indignadas e indignados de facebook, twitter...al fresquito de las cervezas, tragaremos con todo y nos sentiremos afortunadas y afortunados (por apenadas y apenados que estemos con quienes sufren injusticia) porque al menos podremos poner un plato de comida en la mesa o irnos al caribe...y las malas y los malos seguirán ganando...

O catarsis o empeoramiento, no cabe punto medio...mientras tanto me sumo, adalid tan solo y como siempre de toda la cobardía e indolencia posible, a pedir la readmisión de Macarena, de Lola y de cualquiera que venga detrás, y ya de camino, igual a mejorar sus condiciones laborales (afortunadas y afortunados de la miseria que nos venden como privilegio en un país enfermo.)

Por lo demás, me alegro muchísimo de volver a saludaros.

Pedro



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